lunes, 28 de noviembre de 2016

Belén y el tesoro en forma de sonrisa


Su sonrisa no era casual. Tampoco era casual su mirada traviesa de la que brotaban destellos de curiosidad e inquietud por conocer el mundo. 
Aunque su historia podría arrancar en el mismo instante de su llegada, nos remontaremos un poco más adelante, al momento exacto en que Belén se reveló como Belén y el tesoro en forma de sonrisa; ese instante mágico en que una niña de tres años sonreía pícara ante el espejo de su casa, satisfecha por conseguir su objetivo, aquella bata que le llamaba a gritos desde el escaparate de la tienda de debajo y de la que había conseguido apropiarse ella sola.

No sabemos si la bata tuvo algo que ver o todo aquello fue innato en ella, pero lo cierto es que, a partir de entonces, la personalidad de Belén se forjó radiante, llena de optimismo y oportunidades. [...]

Belén y el tesoro en forma de sonrisa
Blanca I. López Tejada

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