lunes, 24 de agosto de 2015

El viaje de Pablo



Una de esas tardes en que jugaba a adivinar qué le depararía el cielo azul, Pablo observó un pequeño punto rojo que se perdía en las alturas. 
Al principio se le antojó la nariz de una nube que acababa de pasar en forma de reno, pero, a medida que el reno se iba alejando y el punto se hacía más y más grande, pensó que debía de tratarse de algo diferente.
Primero alcanzó el tamaño de una pelota de tenis, después de un balón de fútbol y, más tarde, creció tanto que Pablo se sintió intimidado.
Fue entonces cuando el enorme punto empezó a descender más y más hasta que, finalmente, aterrizó en la hierba, junto a Pablo.


El viaje de Pablo, Blanca I. López Tejada

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