sábado, 26 de abril de 2014

Cesta de picnic





Era una tarde en parte soleada y en parte gris de primavera. El buen tiempo quería llegar a la pradera del Viejo Olmo, pero se peleaba a regañadientes por alcanzar su triunfo. Las familias se agrupaban en pequeños y grandes conjuntos junto a los árboles en flor para dar la bienvenida a la nueva estación. Solo algunos rezagados se mantenían escépticos al otro lado del río. No creían en el cambio de estación y eso les provocaba más de un quebradero de cabeza que intentaban solucionar practicando juegos de azar.
Yo les podía observar porque me escondía, muy atenta, entre la yedra que se agolpa junto a la fuente.

                                     Cesta de picnic, Blanca I. López Tejada

lunes, 24 de febrero de 2014

Pádel Independiente. Cuento personalizado de Raquel



Cuando Raquel se preparó para salir de casa aquella mañana, no imaginaba el día que el destino había elegido para ella.
Sus ojos, todavía entreabiertos por el sueño, escrutaban a uno y otro lado del armario de su dormitorio esforzándose por divisar unos zapatos que hacía más de un año no utilizada y que prácticamente ni había estrenado. Eran de tacón alto y ante rosa palo, estilo años cincuenta con un ribete azul marino que terminaba en una borla. el complemento perfecto para su bolso nuevo. [...] Tras una exploración hasta el fondo del armario, al fin dio con ellos. La caja en la que venían estaba intacta. [...] Ya en el espejo del ascensor, aprovechó para hacerse unos últimos retoques: perfilarse los labios y ajustar su falda a la cintura. Le gustaba el aspecto que llevaba aquella mañana y sus labios dibujaron ante el espejo una sonrisa a modo de buenos días.

                        Pádel Independiente, Blanca I. López Tejada

martes, 21 de enero de 2014

El carrusel de Brujas. Cuento personalizado de Antonio






En una preciosa tienda de Brujas vivía un pequeño carrusel. Estaba formado por cuatro preciosos corceles blancos, equipados con sus respectivas monturas y bocados en colores rojo y azul. Todos llevaban colgadas del cuello coronas de flores y, por el lomo y la cola, muérdago y adornos de Navidad. Galopaban sobre una resplandeciente superficie nevada y, al compás del galope, su estilizada figura se veía reflejada en los múltiples espejos que rodeaban el eje del tiovivo. Una carpa roja repleta de detalles de ensueño, como cintas, filigranas doradas y escenas de paisajes y trineos tirados por renos, coronaba el techo, y copos de nieve blancos en forma de estrella se habían posado con delicadeza allí, como si acabaran de caer del cielo. Las mismas escenas y detalles decorativos se repetían bajo la nieve sobre la que cabalgaban los caballitos. [...]
Dos señoras de mediana edad regentaban la tienda y se encargaban de dar cuerda al pequeño carrusel. Entonces éste giraba al compás de la melodía de un animado villancico. Los caballitos, así, subían y bajaban alegres, disfrutando de su breve viaje. [...] 
                        
                        El carrusel de Brujas, Blanca I. López Tejada